Andamos con nuestra lucidez, el cuerpo sucio, el alma desbaratada y con todo el tiempo del mundo; llevamos además un atado pesado de preocupaciones que nunca nadie se atrevió, a compartir y que ahora nos aplastan...
--- También he de contarte que no me deja en paz el filo de las probabilidades y la agonía en la tristeza, el incomún estado de permanecer estático y pulverizarme de a poquito porque así voy contra mi mismo. ---